top of page

Mateo 28,16-20

“Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

Celebramos a Dios, el misterio de un único Dios que nos ha revelado Jesucristo y en el que creemos: la Santa Trinidad. ◙ «Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra». No estamos solos. No vivimos olvidados. Dios es nuestro «Padre» querido, como lo llamaba Jesús y lo llamamos nosotros. Él es el origen y la meta de nuestra vida. ◙ Nos ha creado a todos solo por amor, y nos espera a todos con corazón de Padre al final de nuestra peregrinación por este mundo. Si perdiéramos la fe en este Dios, Creador y Padre, y en su mirada de amor, habríamos perdido nuestra última esperanza. ◙ «Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor». Jesucristo es el gran regalo que Dios ha hecho al mundo. Él nos ha contado cómo es el Padre. Para nosotros, Jesús nunca será un hombre más. ◙ Mirándolo a él vemos al Padre: en sus gestos captamos su ternura y comprensión. En él podemos sentir a Dios humano, cercano, amigo. Este Jesús, el Hijo amado de Dios, nos ha animado a construir una vida más fraterna y dichosa para todos. ◙ Es lo que más quiere el Padre. Nos ha indicado, además, el camino a seguir: «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo». Si olvidamos a Jesús, ¿quién ocupará su vacío?, ¿quién nos podrá ofrecer su luz y su esperanza? ◙ «Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida». Este misterio de Dios no es algo lejano. Está presente en el fondo de cada uno de nosotros. Lo podemos captar como Espíritu que alienta nuestras vidas, como Amor que nos lleva hacia los que sufren. ◙ Este Espíritu es lo mejor que hay dentro de nosotros.

Es una gracia grande caminar por la vida bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

©2024 Paco Travieso

bottom of page